El confesionario de la Casa de Alofoke 2 se convirtió en un espacio de profunda reflexión y emoción cuando Yesther compartió con Josell Hernández uno de los capítulos más duros y transformadores de su vida: su paso por la cárcel, la pérdida de su madre y la oportunidad de redención que hoy vive.
El participante relató cómo su vida cambió por completo a los 18 años, cuando fue privado de libertad por un cargo de homicidio, enfrentando una condena de 20 años, de los cuales cumplió 12. “Lo mío fue por juntiña, por el entorno… nadie puede decir que yo hice tal cosa. Fue más por estar en el medio equivocado”, confesó, reconociendo que la juventud y la inmadurez lo llevaron a tomar malas decisiones.
Durante la conversación, Yesther recordó los difíciles años en prisión y los múltiples obstáculos que tuvo que superar para obtener su libertad condicional, un proceso que implicó disciplina, estudios y buena conducta. “Ahí tienes que estudiar, hacer cursos, cumplir con todos los requisitos… si te falta uno, ni siquiera puedes solicitar la libertad”, explicó, destacando que su salida fue resultado del esfuerzo y la fe.
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Sin embargo, uno de los momentos más conmovedores fue cuando habló de su madre, Noemí, quien falleció mientras él aún estaba preso. Relató que no pudo asistir a su funeral, ya que los trámites burocráticos no se completaron a tiempo. “No me dieron el permiso… fue un viernes, y entre sábado y domingo no trabajan. Cuando me lo dijeron, ya no había tiempo. Eso me dolió mucho porque yo era la prenda de mi mamá”, expresó con nostalgia.
Aun así, Yesther logró algo poco común: obtuvo un permiso especial para visitar la tumba de su madre, un gesto simbólico que marcó el inicio de su proceso de sanación. “Fui el primero en hacerlo. Nadie había pedido ese permiso, pero yo necesitaba verla, necesitaba cerrar ese ciclo”, contó mientras mostraba una foto de su progenitora.
En medio de las adversidades, Yesther reconoció la figura de Dioni, a quien llama su “segunda madre”, por haber sido una de las personas clave en su transformación dentro del penal. “Ella creyó en mí cuando nadie más lo hizo. Me sacó del entorno negativo, me metió en grupos de arte, de pantomima, de baile… y peleó con todo el mundo para que me llevaran de vuelta a Panajayo. Ella fue mi guía”, dijo con gratitud.
Hoy, sentado frente a Josell y ante millones de espectadores, Yesther reflexionó sobre el poder de la fe, las segundas oportunidades y la fuerza de los barrios humildes. “Yo me crié en Villas Agrícolas, y el barrio te enseña a vivir, a sobrevivir. De ahí salí con cicatrices, pero también con valores. Hoy solo quiero demostrar que sí se puede cambiar”, afirmó.
El testimonio de Yesther en la Casa de Alofoke 2 no solo conmovió a Josell, sino que dejó un mensaje esperanzador: los errores del pasado no definen el futuro cuando hay voluntad, fe y alguien que crea en ti.
