El mundo de la música urbana vive un momento confuso y se debate en dos vertientes: lanzar temas y generar lo que se denomina “contenido”, que se desarrolla paralelo a su quehacer musical y que envuelven básicamente situaciones personales o conflictos con otros colegas.
Los escándalos derivados de chismes y enfrentamientos o la ventilación de situaciones que antes no eran comunes en artistas de otros géneros, ahora los urbanos lo han adoptado de una forma tan propia que ya casi hasta parecen sinónimos.
Lo que registra la farándula local en los últimos tiempos no tiene precedentes y sus exponentes se han convertido en una película de rollo inagotable en la que cada vez se desbloquean nuevas secuelas y personajes que aparentan ser los protagonistas… aunque tengan muy poco que aportar en la saga.
La tendencia viene registrándose desde hace unos años. Don Miguelo protagonizó en pandemia varios episodios con sus populares “lives” y lo de Tokischa con sus irreverencias ha roto los límites en una sociedad que no tenía un caso parecido entre sus artistas o figuras de la música.
El más vivo ejemplo es el de Yailin la Más Viral, quien si bien popularizó un tema su despegue en el interés colectivo vino a raíz de su relación sentimental con el exponente puertorriqueño Anuel. Y todo lo que se ha derivado a partir de ahí.
Sus logros no han estado sustentado en su propuesta musical, sino por la generación de “contenido” en base a su vida privada, sus cirugías estéticas y el morbo que provoca terminar una relación y comenzar otra en tiempo récord. Seguir leyendo