Por: Mario Antonio Lara Valdez
El senador peledeísta por Elías Piña, Iván Lorenzo, criticó en el Senado al presidente Luis Abinader por presuntamente acelerar el endeudamiento público del país, pero ni el uso a conveniencia de esta versión le facilita evadir la crítica situación fiscal heredada de los gobiernos de Danilo Medina, que en sus primeros dos años registró cifras fatales.
El legislador argumenta, como ensayo de alarma, que las próximas generaciones no podrán pagar el dinero tomado de préstamos en las últimas semanas, refiriéndose a un monto de US$ 410 millones. Pero la historia de amarre con préstamos, algunos muy cuestionados, hechos por el pasado gobierno de Medina pero ocultos por el senador Iván Lorenzo, colocan al expresidente y líder de su partido entre los exmandatarios que más han endeudado al país.
En diciembre de 2014, durante su primera gestión, la deuda fue elevada de US$ 19,463.3 millones, el 33% del Producto Interno Bruto (PIB), a US$ 23,811.3 millones, el 37.2% del PIB.
Cuando el presidente Abinader asumió la presidencia en 2020, la conducción del gobierno no solo encontró una deuda muy alta, sino que tuvo que enfrentar una pandemia de coronavirus que forzó a buscar de dinero en préstamos para la compra de vacunas y salvar de la muerte a millones de dominicanos ante la amenaza mortal del Covid-19. Igual enfrentó a una parálisis de la economía, básicamente lastimada por la paralización del sector turismo, generador de la mayor entrada de divisas que ingresa al tesoro nacional.
Durante el gobierno peledeísta de Medina, la deuda pública creció en más de US$ 4,500 millones en sus dos primeros años de gobierno. Y poco más adelante, al término de sus primeros cuatro años, en 2016, el PIB alcanzó los US$ 75,777 millones, mientras la deuda pública rondaba los US$ 35,298 millones. Igualmente, la deuda pública consolidada del Estado era en 2019 de US$ 44,900 millones, mientras a finales de agosto de 2020 ya había trepado hasta los US$ 51,900 millones.
Este constituye uno de los mayores niveles de endeudamiento que ha contraído el país en su vida democrática, en nada más dos períodos de gobierno consecutivos. Estos compromisos de deuda heredados por Abinader de la Administración de Medina parecían en principio atar las manos del gobierno de Abinader, pero los estrictos controles contra el despilfarro, la corrupción y el robo de los fondos públicos facilitaron las vías para sus políticas de inversión y bienestar social.